La teoría crítica, originalmente, se definió en oposición a la teoría
tradicional. Esta última representa el tipo de teorización “scientista” guiada por los ideales de las ciencias naturales modernas y su prerrogativa
de investigaciones “libres de valoración”. Los autores de la teoría crítica
parten de la asunción de que tanto los objetos observados como los sujetos
observadores de la ciencia están constituidos socialmente y, por lo tanto,
deben ser analizados e interpretados dentro de su contexto histórico-social. En consecuencia, los críticos aprobaron una filosofía materialista de
la historia como marco de referencia para sus interpretaciones teoréticas
y un programa de investigación interdisciplinaria con el apoyo de las
ciencias especializadas para llevar a cabo sus análisis.
Características
Negatividad
Dialéctica Negativa
Adorno niega que sea posible una total conceptualización de la realidad. Hegel recupera la identidad en la síntesis final, aún cuando la negación es parte esencia del su dialéctica. De esta manera, se justifica la identidad en tanto es racional. Si la dialéctica hegeliana es una dialética postiva, en contraposición, Adorno propone una dialéctica negativa, a través de la cual afirmará que no todo lo real es totalmente racional.
Para Adorno, la dialéctica positiva, adquiere la relevancia de una ideología porque su requiere que el sujeto se adecue a la realidad e incluso someterse a ella en la práctica haciendo eterno instante presente y inhibiendo cualquier acción transformadora (revolucionaria).
La utopía
Se rechaza la posibilidad de construir una utopía positiva en tanto no es posible determinar como habría de ser el futuro. Lo que sí es posible es establecer como “no debe ser”, lo cual, alcanza, en efecto, para poder criticar el presente.
Mediación
Mientras que en la teoría tradicional se pretende la inmediatez entre el sujeto y el objeto, en la teoría crítica, se firmará que todo conocimiento está determinado por mediaciones, porque la producción teórica no puede existir independientemente de los procesos sociohistóricos y económicos dentro de los cuales han surgido. Esto significa que el contexto histórico determina el objeto y la finalidad de toda investigación de manera tal que ninguna teoría puede ser “imparcial” sino que está signada por diferentes intereses aún cuando una objetividad aparente oculta su inevitable carácter ideológico. Además, el investigador, tampoco puede sustraerse de manera radical, siempre será parte mima del objeto social investigado.
De acuerdo a esta perspectiva podría decirse que la especialización de la ciencia transforma el objeto en algo abstracto que conduce, en definitiva, a ocultar la realidad. Pero una visión totalizadora (concepto tomado de Lukácks) podrá transfomar en crítica a la teoría, develando sus aspectos ideológicos.
Praxis
La teoría crítica rechazó el principio de “no valoración” como criterio de objetividad teórica que había defendido Weber. Para Marcuse, el problema de la objetividad histórica requiere juicios de valor, lo que implica estar al servicio de la emancipación humana y derivar en una praxis liberadora.
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